El origen de la butaca

Entre la muy amplia gama de butacas disponibles hoy en día, el cómodo, clásico y acogedor sillón de orejas es la que más pedigrí tiene. Pocas personas se dan cuenta de que la butaca tiene varios siglos de historia a sus espaldas.

 

Una butaca es un tipo de asiento completamente tapizado, con unas alas u orejas que salen del brazo y se unen al respaldo en un ángulo de 90 grados o superior. El propósito original de estos brazos de soporte era prevenir que las corrientes de aire de las casas antiguas llegaran al usuario, y en algunos casos proteger la delicada piel de las damas de alta alcurnia del fuego crepitante de la chimenea.

 

El origen

Una de los muebles más antiguos y a la vez más populares, la butaca se reconoce con facilidad por sus laterales, su profundidad, su presencia dramática y su tapizado completo. La primera de estas sillas apareció a finales del siglo XVII, pero no alcanzó el culmen de su popularidad hasta 1720.

 

A estas butacas también se les conoce como butacas de chimenea, ya que su diseño es perfecto para disfrutar de un buen libro al calor del fuego mientras se protege tu espalda y costados de las corrientes frías.

 

La popularidad crece

Sin embargo, estas butacas no fueron las primeras sillas en utilizar este tipo de brazos para mantenerse confortablemente calentito. También se usaban en algunas de las sillas de madera encontradas en las mansiones, tabernas y bares ingleses. Habitualmente eran de madera simple, pero se les añadían cojines para conseguir algo de comodidad mucho antes de que las butacas tapizadas trajeran un nivel extra de confort.

 

Estas sillas aparecieron pronto en la América colonial. Como otros muebles de principios del siglo XVIII, solían tener patas y líneas curvadas que las distinguían de otros estilos anteriores. Los diseñadores de muebles de la época, como Chippendale en Londres, diseñaron bastidores elegantes para destacar el tapizado.

 

Los tejidos no tenían por qué ser sutiles o apagados. También había muchos patrones coloridos en las habitaciones del tiempo. Los restauradores de antigüedades suelen preferir tejidos de un solo color, pero esto no significa antigüedad.

 

Este tipo de butacas se solían considerar bastante útiles para cualquier persona débil o cansada, y se asociaban con personas mayores: el asiento alto y el respaldar con protección ante las corrientes ofrecían un confort adecuado para ellas.

 

Hoy en día, no es ningún secreto que las tendencias en decoración están gravitando hacia los materiales orgánicos y nobles, y el uso de la madera o las fibras naturales está definitivamente a la vanguardia. La incorporación de estos materiales es toda una declaración de intenciones. No sólo añaden un toque de encanto, sino que también proporcionan una sensación de conexión con la naturaleza que es realmente incomparable.

 

El mundo está cada vez más concienciado con la sostenibilidad, y el diseño no es ajeno a esta sensibilidad. Una tendencia en decoración que ha ido ganando popularidad en los últimos años es el uso de materiales nobles y texturas orgánicas.

 

La decoración natural está de moda, ¡y con razón! Cuando se trata de decorar espacios, nada supera la calidez y el encanto de los materiales naturales.

 

Maderas con texturas y veteados únicos que desprenden calidez y carácter. Fibras tejidas en patrones minuciosos que añaden un toque de delicadeza y frescura. Esta tendencia hacia lo natural llega también a los espacios comunes.

 

Sillas, taburetes, butacas, etc. Muebles que adquieren formas de fábula para adaptarse con gran naturalidad a cualquier ambiente. Combinan diferentes materiales y texturas, y son visualmente impresionantes.

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